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La historia de Can Morgat: Un viaje a través del tiempo

  • Foto del escritor: Eco Finca Can Morgat
    Eco Finca Can Morgat
  • 1 dic 2024
  • 6 Min. de lectura

La historia conocida de Can Morgat comienza en 1250, cuando el Monasterio de Sant Esteve de Banyoles amplió su dominio, adquiriendo el Castillo de Porqueres y las tierras circundantes. Entre estas se encontraba Vilamorgat — un nombre que despierta curiosidad y sugiere la profunda conexión con la familia Morgat, cuyo legado define la finca hasta el día de hoy. Los registros históricos conservados en el Archivo Municipal de Banyoles ofrecen una visión fascinante de este legado duradero. La historia de Can Morgat es más que la narración de una finca histórica — es la historia de un nombre que ha perdurado a lo largo de los siglos, enriqueciéndose con cada generación.


Dos fincas, un legado

Para el siglo XIV, el nombre de Can Morgat ya estaba firmemente grabado en la historia de Porqueres. Los registros de esta época mencionan dos fincas distintas: Morgat d’Amunt (Morgat de Arriba) y Morgat d’Avall (Morgat de Abajo). Aunque ambas fincas contribuyeron a dar forma al legado de la familia Morgat, el destino tenía un plan diferente para cada una.


Los devastadores terremotos de 1427–1428 transformaron la tierra, sumergiendo grandes partes de Morgat d’Amunt. Mientras la naturaleza reclamaba la finca superior, Morgat d’Avall — el Can Morgat que conocemos hoy — se convirtió en el corazón de la historia de la familia. Fue aquí donde generaciones de Morgat cultivaron la tierra, cuidaron de sus animales y se entrelazaron con la historia de la región.


La familia Morgat: Agricultores, visionarios y pilares de la comunidad

Comenzando como agricultores bajo el Monasterio de Sant Esteve, la familia Morgat se convirtió en figuras respetadas dentro de la comunidad local. Para 1446, la finca era propiedad de Joan Morgat, quien en 1448 se declaró remensa (un campesino bajo servidumbre) del abad de Banyoles, marcando el inicio de la gestión documentada de la finca por parte de los Morgat. La propiedad pasó por múltiples generaciones, incluyendo a Pere Morgat (1506), Martirià Morgat (1682), Pere Morgat (1776), Martirià Morgat i Frigola (1801) y Agustí Morgat (1861). Cada generación dejó su huella, encarnando valores de resiliencia, adaptabilidad y liderazgo.


Los Morgat no solo cuidaron sus tierras — también forjaron conexiones con familias prominentes de la región. A través de matrimonios, se aliaron con hogares influyentes como los Trull y Palau de Banyoles, Vilar y Collferrer de Porqueres, Rodeja de Merlant, Frigola de Mata, Rovira de Sant Miquel de Campmajor y Ordis de Usall. Estas uniones fortalecieron su posición social y ampliaron su influencia, permitiendo a la familia desempeñar un papel significativo en la vida cultural y política de Porqueres y sus alrededores.


Para 1515, Pere Morgat ocupaba la estimada posición de rector de la iglesia de Santa María de Porqueres, reflejando la creciente prominencia de la familia. Otro miembro destacado, mosén Baldiri Morgat, ejerció como sacerdote en Porqueres, Centenys y más tarde como párroco de Constantins (Sant Gregori). En 1595, estableció una fundación benéfica destinada a proporcionar dotes a las mujeres solteras de la casa Morgat, un gesto que subraya el sentido de cuidado, responsabilidad y generosidad de la familia.


Coraje y liderazgo en tiempos de guerra

Los Morgat demostraron un notable coraje y liderazgo durante periodos de conflicto, particularmente en la Guerra de la Independencia (1808–1814). Los hermanos Josep y Tomàs Morgat Frigola se enfrentaron a las fuerzas napoleónicas con una determinación inquebrantable. Josep alcanzó el rango de comandante y más tarde fue profesor de matemáticas en una prestigiosa academia militar. Tomàs, a pesar de ser capturado y deportado a Francia, logró el rango de teniente coronel. Su valentía, resiliencia y dedicación ejemplifican el espíritu indomable del legado de los Morgat.


La transición a Banyoles y más allá

La influencia de la familia Morgat se extendió mucho más allá del campo de batalla. A mediados del siglo XIX, pasaron de sus raíces rurales en Can Morgat a una vida más urbana en Banyoles. Agustí Morgat i Trull, una figura clave en esta transición, se casó con Maria Antònia Coll Palau Llinàs, heredera de la finca Palau en Banyoles. Esta unión elevó a la familia a nuevas esferas sociales y económicas, con Agustí desempeñándose como concejal del Ayuntamiento de Banyoles en varias ocasiones (1844, 1854, 1859 y 1865). Sus contribuciones cívicas desempeñaron un papel fundamental en la configuración de la ciudad durante un periodo de transformación en su historia.


El hijo de Agustí, Martirià Morgat i Coll, se destacó como una figura prominente en los círculos conservadores y carlistas de Banyoles. Su matrimonio con Dolors Torras i Rovira, heredera de la empresa papelera de la familia Torras, reforzó aún más la influencia de los Morgat. Juntos fueron copropietarios de la fábrica de papel Torras & Morgat, ubicada en el Molí Nou, un lugar que más tarde se convertiría en el origen de Chocolates Torras, una querida marca que sigue prosperando hasta hoy. Esta iniciativa empresarial pone de manifiesto la adaptabilidad y el espíritu innovador de los Morgat, quienes supieron llevar su legado hacia nuevos horizontes.


Aunque la familia eventualmente dejó de residir en Can Morgat, su huella en la finca y en la región circundante perdura. Desde sus orígenes como agricultores hasta sus roles como soldados, sacerdotes y emprendedores, los Morgat encarnaron resiliencia, visión y una profunda conexión con su patrimonio. Su historia enriquece la narrativa histórica de Can Morgat, inspirándonos a honrar y preservar el legado que dejaron atrás.


El cambiante paisaje de Can Morgat

Durante siglos, Can Morgat prosperó como una bulliciosa finca agrícola, abarcando 136 vesanas (una medida tradicional de superficie catalana, aproximadamente equivalente a 655 metros cuadrados por vesana), lo que suma alrededor de 89 hectáreas. Estas tierras incluían campos de cultivo, olivares, viñedos, bosques, prados, humedales y terrenos baldíos, reflejando la notable diversidad de la finca. Su fuente natural incluso abastecía de agua a Banyoles, destacando el papel vital de Can Morgat en el sustento de la región circundante.


La influencia de la finca se extendió mucho más allá de su productividad agrícola. Can Morgat dio su nombre al Bosc de Can Morgat (Bosque de Can Morgat), a la Riera de Can Morgat (Riachuelo de Can Morgat) y a las Llacunes de Can Morgat (Lagunas de Can Morgat), una tranquila red de humedales creada gracias a esfuerzos de conservación. Estas lagunas, que incluyen elementos destacados como la Llacuna d’en Margarit y la Llacuna de l’Aulina, se han convertido en un santuario para la vida silvestre.


Con el tiempo, las vastas tierras de la finca se fueron dividiendo gradualmente, y algunas partes pasaron a manos de otros propietarios. Para mediados del siglo XX, Can Morgat abarcaba aproximadamente 23 hectáreas antes de reducirse finalmente a las 8 hectáreas que posee hoy en día.


Un lugar de belleza y reflexión

Jaume Farriol i Montserrat, un escritor de Banyoles, ofreció esta descripción realista pero evocadora de Can Morgat en su libro titulado Banyoles vora el llac (1966):

“A mano derecha, muy pronunciada se levanta la pendiente de la colina alargada de Can Morgat. Más árboles, hierbas, bosque. Si se quieren agotar todas las posibilidades, hay que subir por el pendiente casi a cuatro patas. Desde arriba, la masa líquida parece estar literalmente a nuestros pies. (...) Delante de la masía de Can Morgat, edificación grande y antigua, aunque restaurada hace pocos años, se puede hacer una pausa. (...) A mano derecha, un prado de hierba fina y brillante. Delante, un largo trecho sin sombra, de una horizontalidad que no se rompe hasta llegar a la curva donde comienza la subida de Porqueres.”

Esta descripción captura la serena simplicidad y el carácter atemporal de Can Morgat. Las palabras de Jaume nos recuerdan que Can Morgat no es simplemente un artefacto histórico, sino un lugar vivo — uno que sigue inspirando con su belleza natural y su tranquila presencia.


Historia visual de Can Morgat

Una colección de fotografías históricas de Can Morgat, que datan de 1910 a los años 70, obtenidas del Arxiu Nacional de Catalunya (Archivo Nacional de Cataluña) y la Xarxa d'Arxius Comarcals (Red de Archivos Comarcales), capturan momentos congelados en el tiempo.



Únete a nosotros para preservar la historia de Can Morgat

Mientras seguimos explorando el pasado de Can Morgat, te invitamos a unirte a nosotros en este viaje de descubrimiento. Cada pieza de información, por pequeña que sea, es un hilo valioso en el rico tapiz de la historia de Can Morgat. Ya sea un relato transmitido a través de generaciones, una fotografía antigua que capture un momento fugaz o cualquier otra pieza de conocimiento histórico, te estaríamos profundamente agradecidos si la compartieras con nosotros, ayudándonos a completar el rompecabezas de la historia de Can Morgat.


Con sincera gratitud,

Maarten & Monika

 
 
 

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